sábado, diciembre 18, 2010

La duda

Hay hoy un estupendo artículo en El Correo en el que Joseba Arregi plantea la duda de si realmente la sociedad vasca quiere que ETA termine o que se pase de página sin la necesidad de enfrentar su final con lo que ello conlleva de reconocimiento de 50 años de asesinatos en nombre de los vascos.

Copio una parte del artículo aunque lo bueno es su totalidad.

Porque lo importante es que ahora la sociedad vasca, toda ella, quiere la paz, quiere que ETA dé el paso, que Batasuna se incorpore a las vías exclusivamente políticas. La sociedad vasca, toda ella, quiere que desaparezca ETA. Dejemos de lado lo que esta afirmación afirma: que hasta ahora la sociedad vasca, toda ella, no ha querido que ETA desaparezca. No nos pongamos puntillosos. Ahora la sociedad vasca sí quiere que ETA desaparezca.

Sea permitido formular, con todo respeto, una duda: ¿no será que detrás del deseo de paz se esconde el deseo de no tener que enfrentarse a su historia ante el terror, los asesinatos, las víctimas? ¿No será que paz significaría lo mismo que pasar página, olvidar lo que quizá no ha sido más que un mal sueño?

Pero la duda debe ir más allá. No se trata simplemente de dudar si la sociedad vasca quiere de verdad la paz, o si lo que desea es olvidarse de este embrollo que ha sido, y sigue siendo, ETA. Se debe preguntar si la operación a la que estamos asistiendo bajo el epígrafe de que la sociedad vasca quiere esto o lo otro es transmutar a ETA para que ETA siga viva. Y esa transmutación puede permitirle a la sociedad vasca seguir con su buena conciencia de siempre.

Continuar con ETA para terminar con ETA. Es la mejor manifestación de que realmente no queremos que ETA termine. Queremos que ETA deje de ser un trastorno. Queremos que ETA deje de darnos la lata, de que por ella tengamos que preguntarnos qué hemos hecho, dónde hemos estado, cómo hemos actuado con las víctimas. Pero no queremos que el proyecto político de ETA desaparezca, no queremos que las víctimas asesinadas nos griten desde su obligado silencio que el proyecto de ETA es imposible, que está condenado en cada uno de los asesinados. No queremos tener que condenar toda la historia de terror de ETA. Por eso es verdad que Batasuna no puede romper con ETA, porque son lo mismo, porque les une la identidad en la historia de terror.

País

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