1. f. Der. Delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario.
Lo tendrán que decir los jueces, pero no está mal que se ande investigando la actuación del Sr. Garzón.
Hoy publica en El Correo un artículo José María Ruiz Sora de imprescindible lectura; no creo que desde rincón aporte nada a su divulgación que ya amplía Santiago González en su blog, pero no me resisto a copiar una parte y dejar el acceso a tan interesante documento que titula el autor ¿Justicia a cualquier precio?.
El auto dictado por el magistrado Varela es bastante convincente al subrayar las violaciones de reglas jurídicas básicas, procesales y sustantivas, en que incurrió Garzón, probablemente a sabiendas de su falta de soporte legal. Se las resumo a continuación.
1) Garzón decidió instruir un sumario porque las víctimas le solicitaban el amparo de su legítimo interés de obtener ayuda pública para localizar y desenterrar a sus deudos, y no porque existiera un delito y un culpable a perseguir; de esta manera invirtió el sentido del proceso penal que es el de perseguir y castigar delitos, no el de ayudar a personas en desamparo. 2) Fue inventando sobre la marcha los delitos que convenían para justificar su competencia y poder así organizar la apertura de las fosas: delito contra la forma de gobierno, rebelión, desaparición de personas, crimen contra la Humanidad, tráfico de menores, genocidio, aunque todos ellos eran muy difícilmente sostenibles. 3) Instruyó un sumario contra personas notoriamente fallecidas, arguyendo que primero se abría la instrucción y luego se comprobaba el fallecimiento, cuando el orden es justo al revés y además tal fallecimiento era un hecho notorio no precisado de prueba alguna. 4) Instruyó un sumario por hechos que, bajo cualquier calificación tipológica, estaban evidentemente prescritos hacía tiempo. 5) Desconoció flagrantemente el efecto de la Ley de Amnistía de 1978 aprobada por unanimidad de las Cortes constituyentes, calificándola de poco menos que 'autoamnistía' y 'ley basura'.
La defensa de Garzón tratará de defender que sus decisiones en ningún caso constituyen un caso de prevaricación, sino tomas de posición más o menos arriesgadas sobre puntos jurídicos difíciles, que pueden ser discutidas pero no criminalizadas. Espero y deseo que tenga éxito, pues, a mi humilde entender, si bien están claros la extralimitación y el esperpento, no lo está tanto la prevaricación.
Hoy se ha oído en una radio a un magistrado renombrado comparar el posible encausamiento de Garzón con penalizar la investigación del holocausto; al susodicho hemos de padecerlo en el tribunal supremo.
País
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